A raíz del concurso de Miss Universo, estrafalario ejercicio de menoscabo hacia las mujeres dónde los haya, se dio una no menos estrafalaria polémica a raíz del vestido que lucía la representante de Perú.

Esta indumentaria modificadda para lucir los encantos de la muchacha, es un traje típico de una danza folclórica del altiplano andino conocida como La Diablada

En Bolivia se apresuraron a reivindicarla como propia, para mayor glorria del movimiento indígena. Y claro ya se armó el lío. Cada uno pidiend o lo suyo y faltando el respeto al contrario.

Si La Diablada es considerad a por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, pues que sea eso, un bien para la humanidad. Algo que está ahí para el disfrute de todos. Que La Diablada sea representada en Uganda, en Mongolia o en Grecia, aunque no entiendan qué significan essos demonios, empero disfrutando de la esencia de una superstición que ha evolucionadp hasta ser una manifetsación cultural.

De hecho ver a miss Perú ataviada de esta forma es todo un placer. Aunque también hay que reconocer que la muchacha llamaría la atención vestida de monja o de pastora holandesa.

¿Qué mayor defensa para la diablada que ser apoyada por distintos países?

Esta polémica es un gran error. El arte es una de las manifestacoines más bellas de la huamnidad. Es el intento de plasmar un sentimiento, una idea; y de querer compartirlo con los demás. Es algo que nos hace olvidaar por un momento la crudeza con la que nos obsequia a diario la realidad.

Las motivaciones de la expresiones artísticas son tan varias cmo las personas, lo cual tambioén es un placer y nos brinda en potencka infinitas posibilidades artísticas.

Con esto quiero reclamar el arte independientemente de la inspiración, nacionalidad, raza o ideología del autor.

El arte es universal.
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Extraido de Si no lo escribo reviento